Inmigración, política exterior, economía, infraestructura, salud y seguridad nacional son los seis grandes temas de los que habló en su discurso del Estado de la Unión el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El mandatario comenzó su alocución ante el Congreso en pleno, el vicepresidente, Mike Pence, la Corte Suprema, la cúpula de las Fuerzas Armadas y los miembros de su gabinete poco después de las 9 de noche, horario del este.
“Ningún asunto ilustra mejor la división entre la clase trabajadora estadounidense y la clase política estadounidense que la inmigración ilegal”, dijo Trump. “Los políticos ricos y los donantes presionan por fronteras abiertas mientras viven sus vidas detrás de muros y portones y guardias”.
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“Apoyamos al pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad”, destacó, “y condenamos la brutalidad del régimen de [Nicolás] Maduro, cuyas políticas socialistas han convertido a esa nación de ser la más rica de América del Sur a estar en un estado de pobreza abyecta y desesperación”. Recordó además que hace dos semanas, los Estados Unidos “reconocieron oficialmente al gobierno legítimo de Venezuela y su nuevo presidente interino, Juan Guaidó.
Trump se pronunció frente a un Congreso muy diferente al que lo escuchó el año pasado hablar sobre los logros de su primer año de gobierno y los desafíos para el resto de su mandato. En aquel momento la mayoría de los legisladores era republicano y el mandatario acababa de promulgar un recorte de impuestos.
Luego de que en las elecciones parlamentarias los demócratas recuperasen el control de la Cámara de Representantes, la división política se agudizó. La exigencia de USD 5.700 millones para un muro fronterizo con México, que no logró convertirse en ley, tuvo como consecuencia un cierre parcial del gobierno federal de 35 días. En ese tiempo, la presidenta de la cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, retiró la invitación a Trump para dar su discurso.
“El temario que voy a presentar esta noche no es un temario republicano ni un temario demócrata. Es el temario del pueblo americano”, dijo Trump, para aludir a la cuestión. “Muchos de nosotros hemos hecho campaña con las mismas promesas centrales: defender los empleos nacionales y exigir comercio justo para los trabajadores estadounidenses para reconstruir y revitalizar la infraestructura de nuestro país, para reducir el precio del cuidado de la salud y las medicinas, para crear un sistema de inmigración que sea seguro, legal, moderno y seguro, y procurar una política exterior que ponga por delante los intereses nacionales”.
Lo aplaudieron cuando dijo: “Hay una nueva oportunidad para la política estadounidense, si solo tenemos el coraje, juntos, de aprovecharla”.
“Juntos podemos romper décadas de punto muerto político”, completó. “Podemos superara viejas divisiones, herir antiguas heridas, construir nuevas coaliciones, forjar nuevas soluciones y abrir la puerta a la extraordinaria promesa del futuro nacional. Nos toca tomar la decisión”.
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Aludió indirectamente a la investigación del fiscal Robert Mueller: “En los Estados Unidos está sucediendo un milagro económico, y lo único que puede detenerlo son las guerras tontas, la política o las investigaciones ridículas, partidarias. Si va a haber paz en la legislación, no puede haber guerra e investigación. Simplemente no funciona así”.
Tras recordar dos aniversarios que se cumplen en 2019 que “nos muestran la majestuosidad de la visión y el poder del orgullo” de los Estados Unidos (75 años del Día D, el 6 de junio de 1944, que representaron con su presencia tres veteranos de la legendaria operación de la Segunda Guerra Mundial, y 50 años del alunizaje, que recordó la asistencia del astronauta Buzz Aldrin), habló sobre el papel de los Estados Unidos ayer y hoy.
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“En el siglo XX, los Estados Unidos salvaron a la libertad, transformaron las ciencias y redifinieron el estándar de vida de la clase media para el mundo entero. Ahora debemos dar un paso arrojada y valientemente hacia el nuevo capítulo de esta Gran Aventura Americana y debemos crear un nuevo estándar de vida para el siglo XXI“, dijo.
Sobre el estado de la economía, elogió los resultados de su gestión que “durante los últimos dos años se movió con urgencia y velocidad histórica para confrontar problemas desatendidos por los líderes de ambos partidos durante muchas décadas”. Habló de haber lanzado “un boom económico sin precedentes, un boom rara vez visto antes”. Detalló: “Hemos creado 5,3 millones de nuevos empleos y, muy importante, agregado 600.000 nuevos empleos industriales, algo que caso todo el mundo dijo que era imposible de hacer”.
La economía de los Estados Unidos ha crecido, enfatizó, “casi al doble de la velocidad que crecía” cuando él asumió, y el desempleo ha llegado a un nivel bajo récord entre los afroamericanos, los hispanoamericanos y los asiáticoamericanos.
“Hemos desatado una revolución en la energía nacional: los Estados Unidos son ahora el productor número uno de petróleo y gas natural en el mundo“, destacó. “Y ahora, por primera vez en 65 años, somos un exportador neto de energía. Luego de 24 meses de rápido progreso, nuestra economía es la envidia del mundo, nuestros militares son los más poderosos de la Tierra y los Estados Unidos triunfan todos y cada uno de los días”.
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Cerró ese segmento: “Miembros del Congreso: el estado de nuestra Unión es fuerte”. Los asistentes republicanos comenzaron a corear “USA”.
“Ningún asunto ilustra mejor la división entre la clase trabajadora estadounidense y la clase política estadounidense que la inmigración ilegal. Los políticos ricos y los donantes presionan por fronteras abiertas mientras viven sus vidas detrás de muros y portones y guardias”, comenzó el segmento sobre la discusión por el muro. “Mientras tanto, a los trabajadores estadounidenses les toca pagar el precio de la migración ilegal masiva: menos empleo, salarios más bajos, escuelas y hospitales saturados, más delito y una red de seguridad social vaciada”.
El presidente negó que “la tolerancia de la inmigración ilegal” fuera compasiva: “es cruel”, dijo. “Una de cada tres mujeres es atacada sexualmente en el largo viaje hacia el norte. Los contrabandistas utilizan a los niños migrantes como peones humanos para explotar nuestras leyes y obtener acceso a nuestro país”. Tras hablar sobre el tráfico de personas, agregó que “decenas de miles de estadounidenses inocentes mueren por las drogas letales que cruzan nuestra frontera e inundan nuestras ciudades, incluidas metanfetamina, heroína, cocaína y fentanilo”.
Trump habló también de la maras, “la salvaje pandilla MS-13” y repitió que “año tras año, los delincuentes extranjeros ilegales asesinan a innumerables ciudadanos”
Otros momentos destacados del discurso de Trump:
“El año pasado me enteré, por amigos, de la historia de Alice Johnson. Me conmovió mucho. En 1997 Alice fue condenada a prisión perpetua por un primer delito, no violento, en drogas. Durante las siguientes dos décadas en la cárcel se volvió ministra, e inspiró a otros para que eligieran un camino mejor. La historia de Alice subraya las disparidades y la injusticia que puede existir en una sentencia penal, y la necesidad de remediar esta injusticia”.
“Los dos partidos deberían poder unirse para la gran reconstrucción de la desmoronada infraestructura nacional”.
“Es inaceptable que los estadounidenses paguen mucho más que la gente en otros países por exactamente los mismos medicamentos, con frecuencia hechas en el mismo lugar. Eso está mal y es injusto, y juntos podemos detenerlo”.
“Como candidato a presidente, prometí un nuevo enfoque [en política exterior]. Las grandes naciones no libran guerras interminables”.
“No apartaremos la mirada de un régimen que canta ‘Muerte a los Estados Unidos’ y amenaza con el genocidio del pueblo judío”.
Al igual que el año pasado, la moda fue un elemento de expresión. Decenas de legisladoras se vistieron completamente de blanco en homenaje al movimiento de mujeres sufragistas. “Honraremos a todas aquellas que llegaron antes que nosotros y enviaremos un mensaje de solidaridad: no vamos a dar marcha atrás sobre nuestros derechos duramente ganados”, tuiteó la representante demócrata Lois Frankel, quien hizo la invitación a los dos grupos partidarios.
“Tenemos el deber moral de crear un sistema migratorio que proteja las vidas y los empleos de nuestros ciudadanos”.
“Todos los ciudadanos pueden estar orgullosos de que tenemos más mujeres que nunca antes en la fuerza laboral”.
“Para crear nuestro increíble éxito económico, sobresale una prioridad: dar marcha atrás con decasílabos de políticas comerciales calamitosas”.
