viernes, marzo 29, 2024

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El Sevilla acaba con la racha del Real Madrid en el último minuto

Esto es el fútbol. No la guarnición, que decía Lillo. Ni la dictadura de la grada, ni el ego de los futbolistas, ni las historias repetidas, exageradas, torpemente vertidas en papel.

Este deporte es otra cosa, por ejemplo: Zidane cambiando el dibujo de su equipo para asfixiar a un Sevilla que, a su vez, trocaba su disposición táctica para crear peligro con más tranquilidad y precisión.
Dos entrenadores tanteándose, pensándose, colocando las piezas con mimo en el rectángulo de hierba. Y el fútbol, brotando a borbollones. Porque Madrid y Sevilla están abonados al espectáculo. Los de violeta arman la jugada con la sencillez de un padre montándole el Lego a su hijo.

Los de blanco, magrean el balón con gusto y buscan con exquisitez los espacios. Primero y segundo de la Liga. Un partido como este no debería tomarse a la ligera.Cuando el cansancio parecía decidir el choque, Sarabia botó un balón al área pequeña y Ramos, suicida, marcó en propia puerta. Esto es el fútbol, donde siempre sucede lo inesperado.

Un gol en propia puerta del protagonista de la semana. Un gol que encendió las gradas y que dio renovadas fuerzas al Sevilla que fue a por el partido sin mirar atrás. Fútbol. Por eso, Jovetic, el recién llegado, cuando el partido moría empatado, golpeo con confianza desde fuera del área y ajustició al líder imbatido. Un gol que era una venganza y también el premio a un partido dignísimo.

Total. Al margen de colores. Nervión hervía, y no eran insultos, sino merecidos aplausos a los suyos.

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