Despidos en el sector público y aumentos de tarifas de hasta 100 por ciento en transporte, sumados a alzas en otros servicios básicos y alimentos marcan lo que los sindicatos han denominado el fin de la ‘luna de miel’ con el presidente Mauricio Macri, que cumplió más de tres meses en el poder.
La batería de aumentos incluye un promedio de 500 por ciento en electricidad y agua, cerca del 300 en gas, además de un incremento de telefonía y el aumento de combustibles a un ritmo de 6 por ciento mensual desde diciembre.
“Se terminó la ‘luna de miel’ ” con el Gobierno, advirtió Pablo Moyano, dirigente del poderoso gremio de camioneros e hijo de Hugo Moyano, líder de la más influyente de las cinco centrales obreras.
Cientos de empleados públicos coparon el jueves las entradas de varios ministerios para pedir “sí se puede frenar los despidos” con pancartas o clamar “basta de tarifazos!”, mientras se atrincheraban dentro de las oficinas para protestar por despidos y recortes.
“Esto había que hacerlo”, se justificó el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay al advertir que estas decisiones formaban parte “de la plataforma de campaña” con la cual Mauricio Macri llegó a la presidencia el 10 de diciembre en la que prometió eliminar subsidios y “sincerar” tarifas.
A las puertas del ministerio de Prat-Gay trabajadores de la cartera y miembros del sindicato de estatales denunciaron un centenar de despidos en una ruidosa protesta.
El poderoso gremio de estatales (ATE) cifra en 9.000 los despedidos en el sector público nacional y 25.000 si se suma el sector provincial y comunal.
La protesta obligó a mudar a la Casa de Gobierno una conferencia de prensa del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, donde anunció el aumento del 100 por ciento en boletos de trenes y autobuses de la populosa área metropolitana de Buenos Aires. El aumento será la mitad para la llamada tarifa social que beneficiará a 6 millones de personas, según dijo el ministro.
La extensión y cuantía de los aumentos llevó a la diputada Elisa Carrió, aliada de Macri, a mostrar su desacuerdo con el Gobierno que votó. “No comparto ajustes brutales de agua, gas, transporte en medio de tan alta inflación, no se puede ahogar a la sociedad que nos apoya en el cambio”, dijo Carrió.
El ministro Prat-Gay le restó sorpresa. “A diferencia de otros procesos políticos, fuimos muy explícitos durante la campaña y nos da la autoridad que de otra manera no hubiéramos tenido”, dijo. Aseguró que los aumentos en la inflación es “algo estrictamente transitorio”, aunque los sindicatos opinan lo contrario.
Por parte de los camioneros, Moyano anticipó “paros y movilizaciones callejeras” en el marco del inicio del grueso de las negociaciones entre sindicatos y empresas a instancias del Estado por aumentos salariales anuales.
“Los trabajadores se enteran que no tienen más trabajo cuando en el control de entrada les dicen que le dieron de baja a su permiso de ingreso. Es una estrategia perversa de despido”, explicó Pablo Anino, delegado de ATE en la cartera de Hacienda.
Por eso ATE organizó “entradas conjuntas” en todos los ministerios en medio de asambleas y movilizaciones callejeras porque se sospecha habrá cientos de bajas de contratos, como sucedió antes en la Biblioteca Nacional (240) o en el Ministerio de Cultura (500).
En el Ministerio de Trabajo el ambiente era de angustia. “Llamo a casa cada cinco minutos para saber si llegó el telegrama”, relató una trabajadora social de 39 años que hace una década trabaja allí a jornada completa y es sostén de familia desde que su esposo fue despedido en enero. A metros de ella y en medio de una ruidosa asamblea, llora una mujer. Por teléfono le acaban de confirmar que se quedó sin empleo.
Crisis en teatros por aumentos
Los aumentos en las tarifas de electricidad impuestos por la administración del presidente argentino, Mauricio Macri, de un 500 por ciento en promedio, impactaron fuertemente en las salas de teatro de Buenos Aires, una de las ciudades más reconocidas por su cantidad y calidad de obras. De acuerdo con cifras del World Cities Culture Report 2015, Buenos Aires tiene 287 teatros, por encima de otras urbes importantes como Londres o Tokio, y vende casi 4 millones de entradas al año.