Ser sampedrano es formar parte de la ciudadanía más luchadora de Honduras. Significa ser el motor de nuestra patria. Los sampedranos somos emprendedores solidarios, que todo lo que construimos es pensando en una vida mejor para todos. Ser sampedrano es levantarse y admirar nuestra majestuosa naturaleza y acostarse mientras el sol se esconde tras la sierra del Merendón.
Ser sampedrano es ser guardián de nuestras comunidades, es disfrutar de nuestros espacios públicos y cuidar cada parque, cada área donde los hijos de nuestros hijos algún día jugaran.
Ser sampedrano es transmitir a tu familia el amor a San Pedro Sula. Somos la ciudad del adelantado por lo que nuestro orgullo jamás permitirá el retroceso.
Ser sampedrano es aquel sentimiento que nos une a todos y nos impulsa a seguir adelante con el cambio y ver a la Ciudad de los Zorzales como la joya industrial y moderna del istmo centroamericano.
Ser sampedrano es saber que todo trabajo es digno y que cada uno de nosotros desempeña una labor especifica en la rueda del progreso de la Capital Industrial.
El sampedrano es afectivo y espiritual, somos una ciudad a la que Dios ha bendecido y cada hijo de San Pedro Sula es un hijo agradecido. Somos una ciudad con espíritu de servir a quienes nos necesitan y jamás seremos indiferentes a los obstáculos del prójimo.
Ser sampedrano es ser profesional, estudiante, campesino, obrero, educador, madre, padres e hijos. Ser sampedrano es ser quienes somos y juntos llevaremos a nuestra ciudad a la cúspide de la competitividad donde futuras generaciones de hondureños buscaran el sueño catracho.
Felicidades ciudadano porque tu hogar cumple 480 años de haber sido fundado, así que celebremos en comunidad ser parte de algo tan especial y único como lo es ser sampedrano. Que nuestro señor Jesucristo nos guíe por el camino de la prosperidad y la paz.
Que todo aquel que reside en las faldas de la Sierra que nos arropa y trabaja en el fértil Valle de Sula, continúe el legado de casi cinco siglos de generaciones y hagamos que este precioso pedazo de tierra siga siendo el núcleo de la prosperidad hondureña.
