Adele ha aprovechado su paso multitudinario por el O2 de Londres para anunciar que estará este verano, junto a Coldplay y Muse, en el cartel estelar de Glastonbury 2016, que arranca curiosamente el mismo día (23 de junio) en el que los británicos votarán si permanecen o se van de la Unión Europea.
La dirección del emblemático festival de rock en la campiña inglesa, criticada por la polémica decisión de ceder el protagonismo en el 2015 al rapero Kanye West (uno año después de la resurrección de los Rolling Stones), llevaba al menos dos años intentando convencer a la cantante británica, que fue invitada el verano pasado a tomarle la medida al escenario de La Pirámide.
Adele, con los cuatro Brit Awards por su álbum 25 aún recientes, prefirió hacer el anuncio en persona y ante miles de fans en Londres: “En realidad, me habría gustado poder actuar el año pasado, pero mi disco no estaba listo aún. Y a la gente que piense que soy demasiado aburrida para Glastonbury les digo: ¡Vosotros sí que sois jodidamente aburridos por bostezar ante el hecho que pueda cantar en el festival!”.
La organizadora de Glastonbury, Emily Eavis, ha declarado que será “un honor” tener a Adele, previsiblemente como plato fuerte del sábado, 25 de junio, un día antes del cierre oficial a cargo a Coldplay, que vuelven por cuarta vez al festival con la meta repetir el éxito del 2011.
El 26 de junio será también testigo de la resurrección de la Electric Light Orchestra (ELO), de la mano del mítico Jeff Lynne, que aspira a dejar bien alto el pabellón de leyendas vivas que en años recientes ocuparon Dolly Parton, Kenny Rogers y Lionel Richie.