El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel II, y su prometida, Meghan Markle, han pedido “comprensión” y “respeto” hacia el padre de la novia, Thomas Markle, ante la posibilidad de que éste no acuda a la boda de la pareja, que se celebrará este sábado en el castillo de Windsor.
“Este es un momento profundamente personal para la señorita Markle en los días previos a la boda”, señaló anoche un portavoz del palacio de Kensington, residencia oficial del príncipe Enrique.
“Ella y el príncipe Enrique -añadió- piden otra vez que la comprensión y el respeto sean extendidos al señor Markle en esta situación tan difícil“, agregó el portavoz, sin aportar más detalles sobre los problemas que afronta el padre.
En la boda del sábado, que se celebrará en la capilla de San Jorge del castillo de Windsor, estaba previsto que Meghan Markle entrase al templo religioso del brazo de su padre.
Según los medios británicos, Thomas Markle ha sido centro de una controversia al posar ante los “paparazzi” de cara al enlace real, que ha generado gran atención mediática.
Al parecer, el padre fue fotografiado cuando se probaba el traje que iba a llevar en la boda y también mientras miraba imágenes de su hija junto al príncipe Enrique en un café de internet.
TMZ, el portal dedicado a información del mundo del espectáculo, fue el primero en revelar que el padre de Markle no acudirá al enlace porque no quiere “avergonzar” a la familia real.
Se estima que más de 5.000 miembros de los medios de comunicación británicos e internacionales y personal de apoyo están acreditados para cubrir el sábado la boda del nieto de Isabel II.
Según los medios locales, unas 79 cadenas internacionales de Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o Japón informarán del enlace de la pareja, mientras que habrá miles de fotógrafos y periodistas trabajando en el pueblo de Windsor.
Con información de EFE