jueves, marzo 28, 2024

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China comienza a pisar fuerte en el cine de Hollywood

De esta manera, China está aprovechando su poder adquisitivo para instalarse en Hollywood, una industria siempre necesitada de inversores a través de la cual puede expandir su dominio en el mundo.

La compra del estudio Legendary Pictures asciende a 3.500 millones de dólares y es considerada la adquisición más importante de la historia con la que el gigante asiático reforzó su intención de impulsar el llamado “poder blando” –ejercer la autoridad a través de la cultura–.

“Es una situación en la que todos ganan porque el mercado chino está despegando de forma espectacular y Hollywood está muy interesado en eso”, contó Stanley Rosen, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de California. Ambas partes ganan a nivel económico porque las producciones son cada vez más caras y Pekín tiene cada vez más hambre de películas estadounidenses.

Pero China, que todavía no ha logrado sacar un filme de éxito mundial, también quiere comprar conocimiento. “Hollywood tiene lo que le falta a China, capacidad para contar historias, experiencia en mercadeo y distribución”, apuntó Rosen.

El propietario de Wanda, el empresario Wang Jianlin –que en 2012 puso un pie en Estados Unidos comprando la cadena de cines AMC Entertainment por 2.600 millones de dólares–, asegura que el acuerdo con Legendary ha convertido a su compañía en la que más recauda del mundo.

La firma de servicios de auditoria PricewaterhouseCoopers calcula que la taquilla china pasará de 4.300 millones de dólares en el 2014 a 8.900 millones en el 2019, es decir, superará a la estadounidense en los próximos dos años.

Veintidós pantallas nuevas al día

En 2014, China construyó 8.035 pantallas de cine –22 al día–. A finales de 2015 contaba con un total de 31.627, según datos oficiales, no muy lejos de las 39.000 que hay actualmente en Estados Unidos.

Solo en febrero se vendieron 1.100 millones de entradas, 70 por ciento más que el mismo mes del año anterior, sobrepasando por primera vez en la historia las ventas estadounidenses, gracias a una clase media cada vez más consumista. Las inversiones chinas en suelo estadounidense alcanzaron los 63.000 millones de dólares entre 2000 y 2015, de los cuales 4.000 millones fueron a la industria del entretenimiento, de acuerdo con el grupo Rhodium.

Todo indica que estas cifras seguirán creciendo gracias a la empresa Huayo Brothers, que planea producir 18 películas en Los Ángeles junto al estudio STX Entertainment, y Fosun International, interesada en controlar parte de Studio 8.

Además, tanto el grupo Wanda como la firma de tecnología Alibaba podrían convertirse en inversores minoritarios de Paramount, mientras que Hunan TV ya ha firmado un acuerdo de 1.500 millones de dólares para inyectar recursos en Lionsgaten, mientras Perfect World Pictures colocará 250 millones de dólares en Universal a lo largo de los próximos cinco años.

El filtro de la censura

A pesar de este crecimiento, Pekín controla todo lo que se proyecta en su territorio. En el 2011 emitió un decreto en contra de las películas de “fantasía”, “los viajes en el tiempo” y “tramas raras”. El presidente Xi Jinping ha ordenado a los artistas eliminar todo tipo de “entretenimiento sensual ingenuo”, para promocionar “imágenes verdaderas que dicen a la gente lo que deben pensar y alabar”.

China solo permite que cada año se proyecten 34 películas, después de que hayan pasado el filtro de la censura.
Las películas coproducidas pueden pasar el corte, siempre y cuando tengan personajes, historias y contexto chino, pero esta estrategia no siempre ha salido bien. El editor jefe de la revista digital ‘China File’, Jonathan Landreth, dijo que Wanda y Legendary están haciendo negocios gracias a la protección de Xi.

Pero “mientras Wanda invierte en Hollywood para hacer dinero, Legendary se está convirtiendo –sin darse cuenta– en uno de los canales más poderosos para que Pekín muestre su visión del mundo, una visión que prohíbe conversaciones sobre la detención de disidentes y la desaparición de escritores”, aseguró.

La primera coproducción entre ambas empresas será ‘The Great Wall’, un filme de 150 millones de dólares que llegará a los cines este año. Estará protagonizado por Matt Damon, Willem Dafoe, el chileno Pedro Pascal y un elenco de actores chinos. Los diálogos serán en inglés.

Christopher Spicer, socio de la firma Akin Gump, señaló que la película, la más cara jamás rodada en China, será una prueba clave para saber si los proyectos chino-estadounidenses tienen futuro entre las audiencias. “Espero que la tendencia de inversión china continúe durante mucho tiempo”, señaló.

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