martes, mayo 7, 2024

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Donald Trump solo le cree a las cifras para lograr la nominación

El magnate inmobiliario estadounidense, Donald Trump, en su carrera por la nominación presidencial hacia la Casa Blanca, se proclamó el martes claro vencedor en los comicios internos republicanos del estado de Nueva York, con el 60,5 % de los votos, más del doble de los que obtuvo el gobernador de Ohio, John Kasich, y muy por delante del senador Ted Cruz, que logró un 14,5 %.

Aunque todavía sigue el recuento de votos, al 98 % del escrutinio Trump ha obtenido en Nueva York 89 delegados y Kasich 3. Con los adjudicados ya, Trump acumula 845 delegados, pero necesita 1.237 para proclamarse vencedor en la convención republicana que se desarrollará entre el 18 y el 21 de julio en la ciudad de Cleveland, en el estado de Ohio.

Para Trump, esa cifra mágica de 1.237 delegados necesita conseguirla antes de que se realice la convención porque de lo contrario, según allegados a Trump, en la cumbre partidista se le podría enredar la candidatura.

Esto en razón a que si llega con un número menor a 1.237 delegados, de acuerdo con los estatutos se necesitaría hacer una votación para dirimir las mayorías con el precandidato Ted Cruz y si en ese primer intento ninguno obtiene esa cifra se forzaría a una segunda votación y ahí es donde todo puede cambiar.

En ese momento, también según los estatutos, delegados obtenidos por Trump quedan liberados de votar por él o por Ted Cruz y frente a la resistencia que el precandidato despierta en su propio partido, ellos podrían darle la espalda.

De esa manera, en estos momentos la única preocupación de Trump es un tema netamente numérico, antes de la convención. Y es que Ted Cruz ha ido a los estados donde ha perdido para hablar con delegados contrarios para pedirles que en caso de una segunda votación en la convención lo elijan.

Este miércoles Trump presumió de una holgada victoria en su estado, Nueva York, y advirtió que no será “justo” que si llega a la convención republicana con mayor número de delegados que sus rivales no sea el elegido por el partido.

Temor por la convención

Trump reaccionó así tras los primeros datos del escrutinio que le dan como ganador claro, por encima de Ted Cruz y John Kasich, desde el lobby de la Torre Trump que posee en la Quinta avenida de Nueva York, acompañado de varios miembros de su familia. “Vamos a llegar a la convención como vencedores en número de delegados ganados justamente con votos. Nadie debería aceptar delegados que no ha conseguido él mismo, como yo”, dijo a modo de aviso mostrando su temor de que la convención republicana le aparte de la nominación pese al apoyo conseguido. “Iremos a la convención como ganadores y nadie podrá quitarnos la elección a la manera como se las gasta el partido republicano”, señaló el magnate.

Trump calificó de “podrido” el sistema de elección de candidato en la convención republicana, si bien dijo que “el de los demócratas es aún peor”. “No es que me guste (el precandidato demócrata Bernie) Sanders, pero últimamente solo le veo ganar pero no paran de decir que no tiene ninguna posibilidad”, apuntó Trump, que no mencionó en su discurso ni una sola vez a la ganadora demócrata en el estado, Hillary Clinton.

Ante decenas de periodistas y un público de seguidores entregado, Trump señaló que utilizará los votos conseguidos “para volver a hacer grande” a EE. UU.

El polémico magnate reiteró la cartera de medidas que viene repitiendo y que pasan por acabar con el programa de salud pública conocido como “Obamacare”, que “está haciendo que se trate mejor a los ilegales que a la gente de este país”, así como trabajar por “devolver los empleos a América”.

Por otro lado, también mostró su intención de “crear un ejército mayor y más fuerte”. “Nadie se va a meter con nosotros”, dijo entre vítores de “U-S-A, U-S-A” de sus seguidores. “Vamos a volver a ser un país estupendo y fuerte. Legítimamente fuerte”, señaló.

Asimismo, dio las gracias por una victoria con la que ha conseguido, según él, “más delegados de los que nadie podía imaginar”, tanto a su familia como a su equipo. “Tengo un equipo maravilloso, aunque la prensa diga lo que quiera. Que sigan hablando”, apuntó en referencia al episodio protagonizado por su jefe de campaña, Corey Lewandoski, que retorció el brazo a una periodista para que no siguiera preguntando al magnate en un evento en Florida.

Acompañado por su equipo y su familia, incluidas su esposa y su hija, Melania e Ivanka Trump, el republicano dijo que tocaba “celebrar la victoria por un par de horas” para luego descansar antes de partir este miércoles a Indiana y Pensilvania, dos de los próximos estados en celebrar primarias republicanas.

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