viernes, abril 26, 2024

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Presidente Hernández sanciona Ley de Financiamiento de Partidos Políticos

El gobernante destaca el acompañamiento protagónico y en primera fila de la OEA y la Maccih.

Tegucigalpa.- Honduras se pone a la vanguardia con la nueva Ley de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización de los Partidos Políticos, aseveró este martes el presidente Juan Orlando Hernández en el acto donde sancionó dicho instrumento, en presencia del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

El gobernante expuso en su discurso que esa iniciativa de ley, enviada por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Congreso Nacional, viene a liderar una faceta de protección de los procesos electorales, buscando evitar el lavado de activos y la llegada de fondos ilícitos a los partidos políticos.

Hernández también destacó que el papel de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) es protagónico y está en primera fila para impulsar los cambios que se están buscando en el combate de esos flagelos.

 

A continuación el discurso del presidente Hernández:

Sin duda Honduras avanza, porque en aquellos momentos, cuando conversábamos con muchos de los que están aquí presentes, decíamos que era necesario que Honduras contara con un conjunto de normas que transparentara las campañas políticas.

Cuando se mencionaba, porque también en 2015, a inicios de ese año, mandamos al Congreso Nacional esa iniciativa de ley, allá por 2015, de igual manera varios diputados que hoy están aquí y otros que no lo están, también hicieron esa acción de presentar iniciativas de ley al respecto.

En ese momento pedimos allá en la sede de la OEA que este fuera un elemento esencial de la Misión de Acompañamiento, de la Maccih, y hoy tenemos los resultados. Cada quien ha puesto su granito de arena en lo que hoy es una pieza importante del fortalecimiento de la democracia del país. Por eso repito: Honduras avanza y avanza por el camino bueno.

Hoy es un día histórico para el ejercicio de la transparencia en el país; hoy sancionamos la ley que regula el financiamiento de los partidos políticos en Honduras, misma que ha sido ampliamente socializada, discutida, y aprobada con todos los sectores políticos; han participado sectores académicos, gremios importantes, económicos y sociales, de Honduras.

Hace casi un año, en la ciudad de Washington, en la sede de la Organización de Estados Americanos, firmamos el convenio constitutivo para la instalación de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras.

Como uno de los resultados de la gestión de la Maccih, ha acompañado y en menos de un año  se está sancionando esta ley que estoy seguro pone a Honduras a la vanguardia en el control y regulación del financiamiento de nuestras organizaciones políticas, misma que entrará en vigencia para este proceso electoral.

Mi agradecimiento y respeto al Congreso Nacional y a su presidente porque sé que no es fácil el Congreso actual, lo digo porque vengo de un Congreso diferente en su composición.

El compromiso y el talento patriótico lo han puesto los miembros del Congreso como prioridad y por eso hoy quiero destacar la participación de todos los miembros de las Comisión de Asuntos Electorales, que ha sido la comisión dictaminadora del Congreso, e igual a todas las bancadas y aun a los que se opusieron porque es parte de la democracia y del debate.

De parte del Poder Ejecutivo, mi reconocimiento a los miembros del Congreso Nacional porque esta iniciativa marcará un antes y un después en la democracia de Honduras.

Con la ley se garantiza que ningún partido político en Honduras recibirá dinero o financiamiento mal habido del crimen organizado y del narcotráfico al que tenemos ya un buen rato de estar enfrentando.

Esa tarea, de enfrentar al crimen, no deja de ser tremenda amenaza para el Estado, para cada una de sus instituciones y para cada hondureño que quiere vivir en paz y tranquilidad.

Con la ley se busca evitar el lavado de activos, de dineros que vengan de actos de corrupción que en muchos casos han quedado impunes y es un tremendo avance, y por eso insisto que Honduras avanza.

Hace un año señalé que la constitución de la Maccih surgía entre la desconfianza de algunos y las esperanzas de muchos. Desconfianza con respecto a la instalación de la Misión y a su capacidad de operar con independencia, objetividad y eficacia en tiempos difíciles.

Con las esperanzas de que su organización y presencia en el país pudiese actuar como catalizador de transformaciones institucionales profundas, reclamadas por los hondureños y por todos los partidos políticos, y comprometidas por el Gobierno buscando construir un antes y un después, como dijimos en la última campaña electoral.

El mismo escepticismo y las mismas esperanzas que rodearon las primeras medidas adoptadas por este Gobierno, desde el momento que instalamos la Comisión de Transición de aquél Gobierno anterior a este, cuando decidimos solicitar la intervención del Seguro Social y una gran cantidad de organismos públicos a comienzos del Gobierno.

También ese escepticismo afloraba cuando firmamos con Transparencia Internacional, siendo el primer país del mundo en hacerlo, y el mismo escepticismo cuando en este mismo salón firmamos la iniciativa CoST para asegurar la probidad en las compras del Estado y las licitaciones públicas.

Gracias a esas iniciativas, hoy Honduras se ha hecho acreedor de un premio internacional, y por el trabajo de sociedad civil y del sector privado y del Gobierno en conjunto, transparentando estos procesos. Por eso digo y repito: Honduras avanza.

Las mismas dudas que, más tarde, habrían de acompañar la creación y funcionamiento de la Comisión Especial que establecimos para la reestructuración de la Policía, esas mismas dudas afloraron ante esta comisión en este mismo salón.

Con representantes de muchos amigos de otros países y de organismos internacionales y de diferentes sectores del país, se buscaba la depuración profunda de los cuadros policiales en su dirección también, y administración, y habían dudas.

La iniciativa forma parte de un proceso amplio y ambicioso de cambio de nuestra realidad. Un proceso que ha permitido enfrentar con decisión –y con éxito y reconocimiento de la comunidad internacional—los enormes desafíos de enfrentar el crimen organizado internacional.

Para muchos amigos de países que no viven este fenómeno, no es fácil para ellos valorar la dimensión de lo que se está enfrentando. Permítanme hacer un paréntesis y se dice hay que hacer esto y hay que hacer lo otro, pero es que se está en otra latitud del planeta, muy cómodamente y al salir de su oficina, no pasa nada, no hay riesgos para ese funcionarios y su familia.

Esos riesgos son para cada miembro de los equipos de seguridad, de defensa, fiscalía, jueces, magistrados, inteligencia, que los hemos llevado a dar este paso; en Honduras ese panorama es muy diferente.

Hemos decidido tomar decisiones a pesar de saber que nuestra vida de ahora en adelante no será la misma y que estamos condenando a nuestras familias a seguir con un riesgo que no sabemos probablemente hasta donde va a llegar.

Pero lo hemos hecho por Honduras y lo empezamos a hacer aún sin el acompañamiento internacional en aquel momento. Pero sabemos que es lo justo para Honduras; falta mucho, pero ya empezamos por el camino bueno.

También ese esfuerzo nos ha permitido, junto al esfuerzo de países amigos, capturar y extraditar a los capos principales que operaban en Honduras por más de dos décadas. No se hacía antes y tomamos la decisión de hacerlo, de enfrentarlo con todas sus consecuencias.

Ese trabajo ha permitido la reducción del paso de la droga, que tanto daño nos ha hecho, y se traduce en una reducción continuada en la tasa de homicidios en el país y que nos tiene hoy librando una guerra sin cuartel contra las maras y pandillas.

Allí también, Señor Secretario y amigos que nos acompañan, al darse la extorsión y otros delitos hay corrupción e impunidad que hemos venido enfrentando. También ahora se genera un tráfico de drogas doméstico que nos preocupa mucho y que tenemos que enfrentar porque genera mucho dolor y violencia.

Estos procesos han hecho posible, además, que hoy nos dediquemos de lleno al desarrollo de un nuevo sistema certificado de centro penales. Allí estuvieron durante varias décadas y no se hacía nada. Y decidimos enfrentar eso porque era justo para Honduras y recuperar la paz y la tranquilidad a la que tenemos derecho.

Todo esto con el acompañamiento de la Maccih; su apoyo, a través del Secretario General, depuración, certificación policial y la construcción de nuevos centros penales que ya comenzamos los hondureños con buen suceso. Pero queremos tener el acompañamiento de ustedes, porque eso nos expone hacia adentro y hacia afuera como un país que sigue los protocolos internacionales, pero que hacemos justicia como corresponde.

Un proceso de cambios profundos que nos coloca en la vanguardia de la protección activa de los derechos humanos y que, como consecuencia de las transformaciones en la operación del Ministerio Público y la Justicia, nos permitirá en el corto plazo –así lo afirmo hoy por el conocimiento que tengo del compromiso de los avances de un caso muy emblemático– dilucidar crímenes de alto impacto, como el de la distinguida hondureña defensora de Derechos Humanos, Berta Cáceres, y castigar a los responsables.

La estructuración de la Maccih, la conformación de su equipo internacional de jueces, fiscales e investigadores, y la definición de sus cometidos en el apoyo y acompañamiento activo de la gestión de los organismos nacionales –la CSJ, el Ministerio Público, la Procuraduría, entre otros—dieron forma a un “modelo hondureño” como lo conversamos con ustedes en aquel inicio y lo hemos venido platicando para operar esta reforma.

La instalación de un Observatorio con participación de la Academia y la Sociedad Civil abrieron la puerta para que el conjunto de la sociedad pueda acompañar y evaluar en forma permanente la efectividad del “sistema integral”  y que se ha adoptado como modelo de trabajo.

Este modelo basado en un sistema integral para combatir la corrupción y la impunidad es el resultado de un proceso de diálogo muy rico y fecundo con la sociedad hondureña, apoyado por la OEA, y desembocó en nuestra solicitud a la Organización para el establecimiento de lo que se materializó luego en lo que hoy conocemos como la Maccih.

Apenas a un año de aquella firma, Honduras hoy desea compartir con ustedes una visión optimista de los avances logrados. En primer lugar por la celeridad y eficacia con que se ha operado el proceso de instalación de la Misión, por el nivel y la seriedad y competencia del equipo que se viene conformando y, sobre todo, por los primeros resultados de su trabajo de apoyo y acompañamiento activo a las instituciones hondureñas.

En primer lugar quisiera destacar los avances alcanzados en el trabajo con la Procuraduría General de la República, del Ministerio Público, y quiero ser justo en el caso del Ministerio Público; antes inclusive de que su servidor tomara posesión como presidente, el Señor Fiscal Oscar Chinchilla tenía una hoja de ruta clara de lo que debía de ser el Ministerio Público.

Lo he dicho en privado y hoy lo repito en público: no es el Ministerio Público de antes. Es un Ministerio Público activo y que todos los días da resultados y yo destaco ese resultado.

El pueblo de Honduras debe ser qué implica tomar esas decisiones, porque es fácil ver para otro lado y evadir la responsabilidad.

De igual manera, el buen trabajo que viene haciendo el Poder Judicial a través de la Corte Suprema de Justicia, con su presidente Rolando Argueta, y han avanzado de manera importante en la selección  de jueces en el tema de corrupción y el tema anti extorsión, que también allí se mira claramente la huella nefasta de la corrupción y de la impunidad.

Por eso es importante que también nos acompañen en ese esfuerzo.

Ese es el delito que más golpea al pueblo hondureño y a los más humildes, donde la mayoría de veces está de por medio la vida de ellos y la de sus familias, aparte de poner en riesgo el fruto de su trabajo honesto y honrado para cada ciudadano que es víctima de la extorsión.

Por eso digo, Honduras avanza.

Quiero cerrar diciendo que hoy el tiempo nos da la razón a los que participamos en ese proceso de dialogo, y decidimos tomar acciones en temas que tal vez nos prestaban o no se encontraba mayor eco tiempo atrás, pero que esa hoja de ruta al momento de pedir el acompañamiento de la OEA, la OEA dijo presente.

Quiero destacar que la OEA dio pasos, tiempo atrás con las convenciones, con el Mesisic, con otros instrumentos y otros foros, que nos han permitido facilitar este avance.

Así que desde Honduras, a la comunidad de países miembros de la OEA yo hoy puedo decirles que la presencia de la OEA en Honduras en este acompañamiento es protagónico, es en primera fila.

A las instituciones hondureñas y a sus líderes, decirles como ciudadano, como padre de familia y como servidor público, Honduras avanza, Honduras está avanzando gracias a una generación de hondureños que hemos dicho que este país tiene que cambiar. Y tenemos que hacer las cosas bien porque es en favor de nuestro propio interés.

Y bienvenido el acompañamiento de los países y organismos del resto del mundo y las instituciones que han querido estar junto a nosotros en esta transformación del país.

Señor Secretario General y amigos de la Maccih, gracias, porque los primeros pasos dicen que vamos por el camino bueno. Muchas gracias y felicitaciones.

 

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