André Gomes está más cerca de convertirse en el primer fichaje del Real Madrid para la próxima temporada (sin contar la recompra de Álvaro Morata) según pasan los días. Tal y como informó MARCA hace una semana, una vez que acabó la Eurocopa el futuro del futbolista portugués comienza a despejarse y su rumbo apunta de manera firme al Bernabéu.
Aunque el Valencia había tasado a su estrella en 65 millones, en los despachos del Bernabéu confían en alcanzar un acuerdo final que ronde una cifra cercana a los 50 millones como fijo y una parte en objetivos por importe de entre 5 y 10 millones más, a tenor de las conversaciones mantenidas entre ambas partes. Pese a que su última temporada ha sido irregular por culpa de las lesiones, la cotización de André es bastante alta a la vista de sus pretendientes: además del Madrid, al jugador le quieren el Barcelona, la Juventus, el Manchester United y el PSG. El Chelsea también pensó en él como recambio de Eden Hazard en caso de que el belga saliera.
En el club blanco existe el convencimiento de que el centrocampista del Valencia responde al perfil que buscan para reforzar la medular. Tanto Zidane como desde la Dirección de Fútbol coinciden en ver a André Gomes como el relevo perfecto para Modric, un futbolista clave en el engranaje del juego blanco. En el pasado, cuando el croata se ha constipado el resfriado del Madrid fue inmediato, y eso unido a sus casi 31 años hacen que se considere estratégico encontrar un futbolista que garantice la continuidad y crezca a su lado como alternativa, sin la exigencia de ser titular de manera inmediata.
Buenas relaciones
El Madrid ya sondeó el fichaje de André Gomes el pasado verano, pero desde el club valencianista la respuesta fue tajante: 80 millones. Entonces la situación financiera no era tan delicada como hoy, acuciados por el fair play financiero, fuera de la próxima Champions y en la tesitura de no poder rechazar ofertas importantes. Aunque les gustaría retener a toda costa a su campeón de Europa, para lo que incluso están ofreciendo a Mustafi, lo tienen muy complicado.
Además, André Gomes quiere crecer y el nivel de sus pretendientes es superior al Valencia, económica y deportivamente. La buena relación entre ambos clubes recuperada desde la llegada de Peter Lim, al que une una buena amistad con Florentino Pérez, facilitará la operación, al igual que ocurrió en febrero con la cesión de Denis Cheryshev y la semana pasada con el traspaso de Medrán al Valencia.
Si en el plano futbolístico en el Madrid no tienen ninguna duda sobre las condiciones del luso, hay un apartado que sí preocupa en la casa blanca, y es la reincidencia en las lesiones musculares durante la pasada temporada. Desde que se operó del rector anterior del cuádriceps izquierdo en mayo de 2015 y estuvo tres meses de baja, su nivel no ha sido el mismo con el que deslumbró en su primer año en Valencia. Reapareció en septiembre sin hacer una pretemporada en condiciones, recayó tras jugar tres partidos en una semana y desde entonces ha jugado toda la temporada con molestias, a veces sin entrenar, infiltrado. Esa política de forzar jugadores tocados también la pagaron otros como Mustafi, Gayá, Abdennour o Cancelo y acabó costándole el puesto al jefe de los servicios médicos che.
todas formas el jugador, arrepentido al ver que no ha podido rendir a su nivel ni en el Valencia ni con Portugal en la Eurocopa, parece haber aprendido la lección. Ahora está decidido a descansar, recuperarse bien y no forzar para poder empezar la temporada en plenitud de condiciones. Probablemente, en el Madrid de Zidane.