sábado, abril 27, 2024

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Astrónomos descubren un exoplaneta similar a Neptuno con un océano de aguas profundas

Los astrónomos acaban de observar un planeta lejano que podría estar cubierto en su totalidad por un océano de aguas profundas. Este descubrimiento supone un avance en la búsqueda de condiciones de habitabilidad más allá de la Tierra.

Las observaciones, realizadas por el telescopio espacial James Webb (JWST) de la NASA, revelaron la presencia de vapor de agua y señales químicas de metano y dióxido de carbono en la atmósfera del exoplaneta llamado TOI-270 d, que tiene el doble del radio de la Tierra y se encuentra a unos 70 años luz de distancia.

Los investigadores de la Universidad de Cambridge afirman que esta mezcla química es coherente con un mundo acuático en el que el océano se extendería por toda la superficie, y con una atmósfera rica en hidrógeno, aunque no prevén un paisaje marino cálido y acogedor.

Las pruebas de la existencia de un océano en TOI-270 d se basan en la ausencia de amoníaco, que de acuerdo con la química básica debería aparecer de forma natural en una atmósfera rica en hidrógeno. Pero el amoníaco es muy soluble en agua, por lo que se agotaría en la atmósfera si hubiera un océano en el subsuelo.

Las condiciones del exoplaneta encontrado serían muy diferentes a las de la Tierra, ya que TOI-270 d está bloqueado marealmente, lo que significa que un lado está permanentemente orientado hacia su estrella y el otro está bañado por una oscuridad eterna, creando un contraste de temperatura extremo.

“El océano estaría extremadamente caliente durante el día. La parte nocturna podría albergar condiciones habitables”, explica Nikku Madhusudhan, catedrático de Astrofísica y Ciencia Exoplanetaria del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge, que dirigió el análisis.

Pero la atmósfera sería aplastante, con decenas o cientos de veces la presión de la superficie terrestre, y el océano desprendería vapor. Es probable que las aguas alcancen profundidades de decenas a cientos de kilómetros, con un lecho marino de hielo a alta presión y, bajo este, un núcleo rocoso.

El profesor Björn Benneke, de la Universidad de Montreal, ha realizado observaciones adicionales del planeta y cuestiona la hipótesis del mundo oceánico.

Benneke añade que la atmósfera parece contener cantidades considerables de vapor de agua, demasiado para que la existencia de un océano sea plausible. Benneke calcula que en la superficie las temperaturas podrían alcanzar los 4.000 ºC y que el agua se encontraría en un estado supercrítico, en el que la distinción entre líquido y gas se difumina.

Ambos equipos detectaron disulfuro de carbono, que está vinculado a procesos biológicos en la Tierra, pero que también puede ser producido por otras fuentes. Sin embargo, no había rastro de otra molécula de bioseñal, el sulfuro de dimetilo (DMS).

“No podemos relacionar [el disulfuro de carbono] con la actividad biológica. “En una atmósfera rica en hidrógeno, es relativamente fácil producirlo. Pero si somos capaces de medir la molécula única, es prometedor que podamos medir planetas habitables en el futuro”, manifiesta Madhusudhan.

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