Una aeronave híbrida que combina características de aviones, helicópteros y dirigibles ya está en período de pruebas de vuelo en Londres.
Se trata del prototipo denominado Airlander 10, creado por la compañía Hybrid Air Vehicles en Inglaterra, promete ser el primero de una nueva generación de aeronaves silenciosas, energéticamente eficientes yrespetuosas con el medio ambiente.
Sus creadores aseguran que esta nave, con un peso virtualmente nulo, produce menos ruido, contaminación y una menor huella de carbono que toda otra aeronave existente. Del avión toma la cabina y la propulsión de motores, del helicóptero su capacidad para aterrizar verticalmente o en espacios muy reducidos y del dirigible, su habilidad para flotar en el aire.
Chris Daniels, cabeza de alianzas y comunicaciones de la compañía, asegura que este vehículo aéreo consume 10% del combustible que un helicóptero grande y 25-33% del combustible de un avión. “Frecuentemente nos referimos a él como un ala llena de helio”, explica.
La razón de esta ventaja es que “el 60% de su elevación es aerostática, porque es más liviano que el aire, y el restante 40% se debe a que es aerodinámico o con forma de ala”, dice su promotor. El Airlander 10 tiene motores que rotan y lo pueden proveer de un 25% de impulso hacia arriba o abajo, lo que le permiten mantenerse suspendido en un mismo punto, como flotando en el aire.
Además, estos motores -que rotan- le proveen la capacidad de despegar y aterrizar sobre cualquier superficie, incluso el hielo, el desierto o el agua. Eso le evita a esta aeronave la necesidad de un espacio o pista de aterrizaje. Esto también contribuye a que tenga una huella de carbono reducida, afirma el representante.
“Este es tan solo el prototipo y en el futuro esperamos crear versiones aún más verdes, potencialmente con paneles solares y motores eléctricos”, reconoce Daniels, quien detalla que la nave puede durar suspendida en el aire hasta tres semanas y tiene mejor capacidad de carga que cualquier otro vehículo aéreo.
“Existe una gran abundancia de posibilidades para el Airlander”, incide. “Podría transportar artefactos muy grandes a lugares difíciles de acceder”, por ejemplo ecosistemas naturales prístinos donde no existen infraestructuras como pistas de aterrizajes. “También podría servir para conducir encuestas científicas, como al estudiar poblaciones de animales salvajes, por su habilidad de mantenerse suspendido quieto en el aire”, prosigue.
Daniels afirma que ya se han establecidos conversaciones iniciales con la NASA sobre la posibilidad de utilizar el Airlander los para investigaciones científicas y monitoreo del cambio climático. No se ha alcanzado ningún convenio hasta el momento. Entre los desafíos que faltan para la promoción de este nuevo vehículo aéreo queda la velocidad.
“Actualmente tenemos una velocidad limitada de 93 mph. Para lograr ir más rápido necesitaríamos fortalecer el frente de la nave para evitar el impacto de la resistencia adicional del viento”. La empresa responsable promete desarrollar una versión eléctrica, quizás cambiar el sistema de aterrizaje y ampliar la cabina.