San Pedro Sula. – El amor es un encuentro afortunado, una conexión única que transforma dos vidas en una sola. Así fue para Diana María Pineda Borjas y Miguel Emilio Ordóñez Pineda, quienes encontraron en el otro a su alma gemela. Su historia, nacida de una complicidad instantánea, floreció en un camino compartido, de la mano, para siempre.

Su unión fue sellada en una elegante ceremonia civil oficiada por la abogada Cindy Castellanos, seguida de un emotivo acto de bendición dirigido por Hernán Castellanos. El aire vibraba con palabras sinceras, brindis conmovedores y una alegría natural que impregnaba cada rincón. Fue una velada mágica, un momento inolvidable para Dian y Emilio, rodeados del cariño de familiares y amigos.

Diana y Emilio se unen en matrimonio y disfrutan de una divertida velada.
Para la celebración, la pareja escogió uno de los salones Napoleón del Centro de Convenciones del Hotel Copantl. El espacio se transformó en un escenario de sueño, donde una fascinante decoración en blanco y plata creaba una atmósfera chic y sofisticada. Sutiles toques de verde añadieron la frescura y la esencia natural que los novios tanto deseaban. Del techo, un imponente juego de lámparas de Illuminatios Honduras irradiaba una luz cálida, acentuando la elegancia del lugar.

La recepción postboda fue un reflejo de su personalidad y estilo. Los invitados disfrutaron de un exquisito banquete y una noche llena de sorpresas, felicitaciones y risas. La fiesta, animada por los contagiosos ritmos de la Gran Banda, invitó a todos a bailar y celebrar la felicidad de los recién casados.

Después de una noche inolvidable, Diana y Emilio partieron a Dubái para disfrutar de su tan esperada luna de miel, iniciando así el siguiente capítulo de su historia de amor.























